Como seres vivos, las plantas necesitan de agua para vivir. Los cultivos absorben los nutrientes del suelo y realizan varias funciones fisiológicas en presencia de agua. Hoy hablaremos sobre la importancia del riego en los cultivos.
Cuando el suelo no tiene la cantidad suficiente de agua o no es oportuna su disponibilidad por medio de la lluvia o de fuentes naturales, se hace necesario el riego. El riego es el suministro artificial de agua a los cultivos.
El sistema de riego depende del tipo de suelo, del cultivo, de la cantidad de agua necesaria, de la mano de obra disponible y de los recursos económicos ya que un sistema de riego supone una inversión considerable en el negocio agropecuario. El riego no solo implica el costo de su instalación sino también el de su mantenimiento.
Un adecuado sistema de riego, suministra la cantidad necesaria de agua en el momento que se necesita, humedeciendo el suelo hasta la profundidad que requiera el cultivo.
Los cultivos tienen momentos críticos para sus necesidades de agua, que si no se subsanan, se traducen en pérdidas en rendimiento o por falta de germinación. En las actuales condiciones de sequía de nuestro país, se evidencian las necesidades de distritos de riego en diferentes zonas.
Existe el riego por gravedad, que consiste en el surtimiento de agua por medio de tuberías o mangueras de flujo continuo que suministran agua al terreno ya sea en los surcos o en las calles. Similar a este sistema, es el riego por inundación que es el que se usa en cultivos como el arroz.
El riego por goteo que puede ser en superficie o subterráneo y consiste en la distribución de agua mediante mangueras y goteros ubicados estratégicamente en la zona de absorción por parte de las plantas.
También por aspersión, que trata de la distribución de agua a través de puntos específicos mediante los aspersores que simulan la caída del agua lluvia.